RUTA CANSECO (La majada alta)

Canseco es un pueblo ideal con una ruta fácil, con mucha agua y muy bonita a pesar de la nieve.
Santi, Loli, Pili, Tere, José, Alvaro, Marta y Luna).Distancia recorrida: 10 (más o menos).

Dificultad:Baja. (Temperatura 10 mínima, 19 máxima. Nieve).

Punto de partida: Canseco.

Altitud de Canseco 1.260 metros.
Fecha: 26 de febrero de 2012.

A las 9 en el bar “102”. Desayuno, tertulia y comentarios iniciales de previsiones. Marta comentaba que quería pisar nieve, pero no sabíamos como estaría Canseco. Seguramente no habría nieve, ya que ha hecho buen tiempo y se ha ido mucho.

Emprendimos viaje en un día radiante de sol y caliente. Lo primero que se ve cuando encaminas por el río Torío arriba es el pico Polvoredo, también llamado Correcillas. Tiene poco más de dos mil metros de altura y la parte sur-este que el la que se ve desde León tiene ya poca nieve. Está casi limpio hasta en sus puntos más altos. Pensábamos que Marta se quedaría sin nieve.

La subida por el Torío es muy bonita, pasamos las Hoces de Vegacervera, Gete, Getino, Cármenes y poco después nos desviamos a la derecha hacia Canseco, lugar donde termina la carretera. En el desvío ya se veía algo de nieve en las sombras.

Cuando llegamos a Canseco el paisaje era totalmente blanco, parece mentira, solo cuatro kilómetros desde el cruce de Pontedo y unos cien metros de desnivel y todo estaba lleno de nieve. Marta podía cumplir su deseo y pisar algo de nieve. “Se hinchó”.

Subimos por el valle de Cansequillo, justo al lado del arroyo del mismo nombre. El camino sale de la plaza del Casino, dejando la fuente a la izquierda, ascendiendo y cuando se sale del pueblo el camino gira a la derecha, entre paredones de piedra, en esta ocasión, casi cubiertos por la nieve. La idea era parar en la cascada y después seguir por el valle de Murias, ascender y dar vista al asturiano valle de Aller y al puerto de Vegarada. 

Pasamos al lado de un horroroso depósito de agua, era circular, metálico, de color verde, con una caseta de ladrillo al lado. Es una pena, no tiene porqué estar reñida la técnica con el buen gusto, pero en este caso lo está.

Como a kilómetro y medio del pueblo hay una cascada. El camino era cuesta arriba, pero con pendiente suave. La mitad del equipo aceleró el paso, querían sudar para darse un bañito “fresco” en la cascada, así lo hicieron. Sabemos que esta cascada tiene un nombre antiguo, pero ahora en Canseco la llaman la “Cascada de Eros”, esto es porque en verano las parejas de enamorados se acercan a ella para darse baños en la intimidad y a la luz de la luna. Muy romántico, por cierto.

Concluido el baño debatimos seguir o rajarnos y dar la vuelta para hacer otra ruta más sencilla. La decisión fue seguir por lo menos hasta llegar a la majada alta. Lo de subir al pico del Huevo (2.155) y las peñas de Faro (2.112), se pensaría después.

El camino tenía unos 60 cm. de nieve. Inicialmente estaba dura por la frescura de la noche, y se andaba bastante bien por encima, pero a medida que se iba deshelando la capa superior te hundías hasta la rodilla. Era un tormento, pensamos en abandonar.

En un arrebato de ánimo, seguimos y seguimos. Ya se veía al fondo la majada alta, quedaba más o menos un kilómetro, que se estaba haciendo interminable.

A las 13,30 llegamos al refugio de la majada. Habíamos salido de Canseco sobre las 10,30. Tres horas para hacer cinco kilómetros, con la parada para el baño, creo que es nuestro récord de lentitud y eso que llegamos todos sudando y jadeantes.

La puerta del refugio estaba abierta, había nieve dentro y poca leña. Tenemos que recordar a todos los montañeros que hay que dejar siempre tanta o más leña que la que encuentres cuando te vayas de los refugios y cerrar las puertas para que estén protegidos, es bueno para todos. Dadas las circunstancias, no hicimos lumbre y comimos el bocadillo al sol, que apetecía mucho.

Una mano de crema protectora, las bromas de los más graciosos y la ocurrencia del más valiente, proponiendo subir al pico del Huevo. Poco faltó para que fuera tirado al arroyo.

La vuelta a Canseco fue mejor, pero peor. Mejor porque íbamos cuesta abajo y ya sabemos que cuesta abajo todos los santos ayudan. Peor porque la nieve había cogido temperatura y se iba reblandeciendo, de tal forma que cada paso te hundías más y más.

A pesar de las circunstancias llegamos de vuelta al pueblo en menos de dos horas. Cinco kilómetros con nieve hasta más de la rodilla en dos horas, no está mal.

Canseco es un hermoso pueblo. Tiene robustas casas de piedra y está siendo rehabilitado con buen gusto. Fue pueblo fronterizo en tiempos medievales para proteger uno de los pasos de la cordillera cantábrica. Tiene incluso restos de una calzada romana y de lo que fueron las fortalezas medievales, aunque muy poco conservadas. En verano es zona de trashumancia y sus pastos son aprovechados por ovejas procedentes del sur.

Vimos una posible nueva ruta que va de Canseco a Redilluera y será realizada en otra ocasión.