lunes, 13 de noviembre de 2017

RUTA DEL GÓRGORA (LOS CAÑONES)



RUTA DEL GÓRGORA (Los cañones)
Ruta desde el pueblo de Montealegre hacia Los Cañones del Górgora con interesantes desniveles, bonita vegetación y con algunos aspectos de escalada, impropios para paseantes como nosotros.
Santi, Loli, Roberto, Eli y José.
Temperatura: 14º al comenzar y 19º al finalizar. Nieve y ventisca a ratos-.
Punto de salida y llegada: Montealegre, centro del pueblo. Oficialmente la ruta se comienza en la zona deportiva de Montealegre, si bien nosotros comenzamos en la iglesia del pueblo.
Distancia recorrida: 8 kilómetros. Cuatro horas.
Altitud: Montealegre 1.013 metros
Fecha: 15 de octubre de 2017.
Plano de la ruta "Los Cañones del Górgora"
Montealegre está a unos 80 Km. de León. Se va por la Carretera de Astorga N-120 en Astorga se pasa a la N-VI y en la salida 350 tomamos la LE-5304 en dirección ya al pueblo de Montealegre.
El equipo de hoy
Teníamos curiosidad por hacer esta ruta. Muchas veces habíamos hablado de ella pero no llegaba el día de ir y por fin llegó. Fue un precioso día templado con sol y nubes que resultó muy agradable. Además lleva mucho tiempo sin llover y parecía adecuado, ya que esta ruta es poco recomendable con lluvia o cuando el arroyo tiene mucha agua.
 
 
 
Aunque nosotros comenzamos en la iglesia. Todas las señalizaciones dan el inicio en la zona deportiva de Montealegre. Bajando después hacia el arroyo Mostruelo por un camino amplio y bien marcado
 
 
 
La llegada al hondo del arroyo está adornada con castaños centenarios donde buscamos alguna castaña caída, pero se habían adelantado los jabalíes y sólo pudimos comer una.
 
 
 
Después ascendemos por una bonita vereda hacia la Mata de Montealegre para volver a bajar  hacia las cercanías del pozo de la Górgora. Daba intranquilidad pensar en las “gorgoras” aquellos monstruos femeninos de la mitología griega que convertían en piedra a quien las miraba.
 
 
 
En el hondo del arroyo había una señal para continuar, ahora ascendiendo por una pedriza (canchal) con gran desnivel, pero muy atractivo para llegar al alto.
 
 
Ya en el alto, no sin cierta dificultad, estábamos en el mirador de Vidriales. Un vistazo a la lejanía y ahora empezaba lo más entretenido.
 
 
Una cuerda atada a las rocas ayudaba en una pronunciada bajada. Nunca nos han gustado las dificultades en las rutas, pero veíamos a Candela, una niña de cinco años que hacía el camino con su familia delante de nosotros y eso nos envalentonaba. De todas formas no recomendamos esta ruta cuando esté lloviendo y con las piedras mojadas y resbaladizas.
 
 
 
Llegamos al fondo del arroyo, donde unos ruteros del Bierzo disfrutaban de un apetecible bocadillo. Nos ofrecieron algo (con la boca pequeña) y decidimos, según sus indicaciones subir a la cueva.
 
 
 
“Mecagüenlaleche” vaya subidita, agarrados a una cuerda. Al final llegamos arriba y conseguimos ver la cueva. Decían que era una mina de oro antigua romana. No vimos oro, ni “na” y nos dimos la vuelta siendo igual de pobres que antes de subir.
 
 
 
Ahora llega lo interesante, decíamos. Pero con el consuelo de que delante de nosotros iba una niña pequeña, valiente y guapa haciendo la ruta. La ruta está muy bien indicada. La mejor que hemos visto por León. Un poco lo ha indicado “Cuatro Valles” otro poco los vecinos de Montealegre y otro poco los senderistas poniendo hitos.
 
 
Se considera la ruta en los Cañones del Górgora como de dificultad alta y tuvimos la oportunidad de comprobarlo. En varios carteles se indica que es necesario llevar arnés y casco, aunque creo que lo más recomendable es llevar unos buenos guantes, ya que todos terminamos con las manos arañadas por las rocas y la presión de las escaleras de cuerda sobre las paredes.
 
 
 
Primero dos bajadas ayudadas por cuerdas. No parece muy difícil como aperitivo. El premio era llegar a la bonita cascada de “La chochina”.
 
 
 
Después un agradable paseo casi llano entre encinas, helechos, alisos, abedules… y con la oportunidad de abandonar la ruta por una salida más fácil que pasa justo por la indicación de “mina de oro”. No abandonamos y a pesar de las recomendaciones de arnés y casco, seguimos hacia abajo.
 
 
 
Otro descenso ayudados por una cuerda para llegar a la primera bajada y posterior subida en la que hay escaleras de cuerda. El problema en la escala es que cuando apoyas los pies tu propio peso se presiona la cuerda contra la roca y se producen pequeñas heridas en las manos.
 
 
 
La ayuda de unos a otros era muy de agradecer en estos tramos. Después de cada dificultad había cierta relajación pensando que todo lo malo se había acabado. Pero nada, cada poco una cuerda o una escala.
 
 
 
Aunque ya lo hemos dicho, consideramos que es necesario seleccionar las épocas en las que el arroyo tenga poca agua para hacer la ruta. Además, si es posible, que el suelo no esté mojado.
 
 
 
Una nueva cascada, una nueva cuerda, una nueva escala… todo muy entretenido para ir sin ninguna prisa.
 
 
 
En pequeños tramos hay que caminar por el hondo del arroyo y si éste tiene bastante agua la mojadura está garantizada, así que conviene llevar ropa y calzado de recambio. Nosotros tuvimos bastante suerte. Había muy poca agua.
 
 
 
Por fin llegamos al pozo de La Górgora que da nombre a la ruta. Aquí un nuevo ascenso ayudados por una cuerda y a ir pensando ya en salir de “Los Cañones del Górgora”. Aún quedaba lo más difícil.
 
 
 
La subida final combina cuerdas y escaleras para un ascenso casi vertical de casi cien metros. Es divertido, sobre todo cuando llegas arriba y ya lo has pasado, pero cuando estás en el medio lo mejor es agarrarse a la escalera y no mirar para abajo.
 
 
 
Una bajada tendida ahora por un camino abierto en el que se pueden ver antiguas construcciones relacionadas con la minería de carbón y dirección a Montealegre.
 
 
 
Hay dos posibilidades, una subir al recinto deportivo (es la más corta). La otra ir al pueblo alargando la ruta dos kilómetros más. Bueno, nosotros elegimos la más larga ya que el camino motivaba el paseo después de las apreturas pasadas.
 
 
 
Un ascenso final nos llevó a Montealegre donde pudimos refrescarnos, disfrutar de un buen trago de agua y de los recuerdos del "paseo" recién finalizado.