DE
LA PLAYA DE SAN ANTOLÍN A LLANES
Un
día de ruta de sol y playa por el oriente asturiano desde la Playa de San
Antolín de Bedón a Llanes.
Grupo
de montaña de la Universidad de León (59 personas).
Dificultad:
Baja. (Temperatura 5 mínima, 11 máxima. Soleado).
Punto
de partida y llegada: Playa de San Antolín con llegada en Llanes.
Distancia:
17 km. (6 horas)
Altitud
de la Playa de San Antolín 1 metro. El punto más alto de la ruta es Piedras
Luengas 113 metros.
Fecha:
21 de enero de 2017.
Plano de la ruta. Hicimos desde la Playa de San Antolín |
No
es habitual que hagamos rutas de costa, pero apareció la oportunidad de salir
con el grupo de montaña de la Universidad de León –con el que estamos
federados- y en esta ocasión dejamos nuestra apreciada individualidad y nos
apuntamos con un dinámico grupo de composición intergeneracional, muy
provechosa y alegre.
El grupo de senderistas playeros |
A
las 8:00 en la Biblioteca San Isidoro, todos puntuales. Cargamos el autocar de
personas y bolsas. Doscientos kilómetros de viaje con una parada para aseo y
café y llegamos a la Playa de San Antolín de Bedón.
Cruzamos
por debajo de la vía del tren y comenzamos a caminar, siempre hacia el este y
siempre, o casi siempre a la orilla de la costa.
Al llegar estaba un poco nublado pero todo cambió |
Después de subir la escalera, doscientos metros por el camino (muy bien cuidado) y desvío a la izquierda para comenzar la única ascensión importante de ruta.
La subida a Piedrras Luengas, por un amplio camino, es pronunciada aunque viene bien para calentar un poco las piernas entumecidas del autobús.Después un vistazo al mar, a las playas y continuamos un rato llaneando por un camino, entre praderas hasta llegar al Cerro Castiello, desde donde disfrutamos de la vista de la playa de Torimbia, que dijo nuestro guía que en verano es nudista.
Había
caminos más fáciles, pero bajamos entre aulagas bordeando el cerro hasta casi
llegar al mar. Era más bonito esto que seguir por el camino amplio. Como se ve
en la imagen, el camino lo tomamos entre las protección de madera. Se ve bien.
Pasamos
tres playas “El Valle, Serelle y Toranza” y nos dirigimos ahora ya por un
camino amplio al bonito pueblo de Niembro. Muy tranquilo ahora pero con la
impresión de que en verano estará muy concurrido.
Bordeamos
la Ría de Barro y continuamos viendo playas pequeñas y bien bonitas hasta
llegar a Celorio.
No
hacemos muchas indicaciones del camino, puesto que no es fácil perderse. En
caso de despistarse, siempre a la izquierda (hacia el mar) y siempre hacia el
este. Si prefieres una ruta más cómoda se pueden utilizar los caminos más
amplios que se separan algo del mar, aunque se pierde parte del encanto.
Llegamos
a Celorio, también muy bonito con sus tres playas (Picu, Palombina y Los
Frailes). Nos sorprendió como utilizaban tractores para adentrarse en el mar y
sacar algas. Pobres tractores, con el agua salada corta vida les espera.
Preguntamos,
y nos dijeron que las algas que extraían eran para hacer cosméticos. Se llevan
a Burgos a procesar y la mayor parte salen desde allí para China. También nos
explicaron que algunas eran para alimentación pero que ahora no había de esas.
No será la temporada, pensamos.
Atención,
veinte minutos de bocadillo ¡Qué rico! Ya estábamos a más de media ruta y con
la suerte de poder tomar un café en un bar e ir al servicio de manera
civilizada, sobre todo las chicas. Los hombres nos arreglamos de cualquier
manera ¡Esto son rutas y no esas que hacemos nosotros por la montaña que ni
café, ni “na”!
Nos
liamos un poco y se decidió no ir a ver el Cristo de Celorio, además estaban
sacando algas por allí y siendo un grupo tan grande molestábamos. Seguimos
plácidamente en dirección a la Ría de Poo.
Antes vimos la Ermita de San Martín, la Playa de San Martín y la Playa Portiellu. Hace unos años esta pequeña playa también era nudista. No sabemos ahora, pero es bonita, pequeña y recogida.
Antes vimos la Ermita de San Martín, la Playa de San Martín y la Playa Portiellu. Hace unos años esta pequeña playa también era nudista. No sabemos ahora, pero es bonita, pequeña y recogida.
Por
fin la Ría de Poo donde alegras la vista y los sentidos. A nosotros se nos
llenó el cuerpo de nostalgia, ya que hace unos cuantos años, muchos ya, veníamos
de acampada libre a las praderas de esta ría, hasta que lo prohibieron.
La
vuelta completa a la ría. Estaba con marea baja, pero con marea alta es una
gran piscina transparente y sin oleaje. Allí recordamos y apuntamos hacia
aquellas rocas desde donde nos tirábamos al agua a modo de trampolín.
Un
paseo por las praderas viendo los acantilados en dirección a Llanes y al poco
tiempo se acababa la ruta. La cabeza sentía pena, pero las piernas ya iban
agradeciendo la proximidad del descanso.
Todas
nuestras miradas iban para el mar, las playas y los acantilados, nunca para la
montaña. Allí estaba atractiva e imponente Piedra Llabre, pero no la hicimos ni
caso. Creo que ni fotos se sacaron. Los de tierra adentro teníamos la ocasión
de mirar para el mar y lo aprovechamos.