RUTA MITOLÓGICA LEONESA (CARANDE)
SL-LE7 La ruta comienza en el pueblo de Carande. Es corta (5,5 km.) y sencilla, si bien estamos en la montaña tiene continuos desniveles con subidas y bajadas. Comienza en una pista amplia y después va por senderos muy marcados y bien señalizados. La peculiaridad de esta ruta son las imágenes de madera de la mitología de la montaña leonesa (La Vieja del Monte, El Trasgu, La Mora y El Diañe). Las vistas son también destacables.
“Equipo: Grupo “Montañerines”
Dificultad: Baja.
Temperatura: 19º al comenzar 32º al finalizar.
Punto de partida y llegada: Carande.
Distancia recorrida: 5.5 kilómetros.
Altitud del punto de salida: 1.130 metros en el pueblo de Carande.
Altitud del punto más alto: 1.360 (Mirador del Reñuberu).
Fecha: 28 de agosto de 2021.
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| Plano de la ruta. No tiene pérdida. Utilizamos el plano del panel informativo en Carande |
Para llegar desde León a Carande (Ayuntamiento de Riaño), hay varias alternativas. Una es ir por Boñar/Sabero y otra por la A-60 en dirección a Mansilla de las Mulas. Allí girar a la izquierda por la N-625, dirección a Riaño y sin salirnos de la carretera, pasada la presa del pantano encontramos a la derecha el pueblo de Carande. La distancia son 93 kilómetros.
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| El equipo de hoy casi completo |
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| Cartel indicativo en el bar de Carande |
La ruta o sendero está señalizada como SL-LE7 y se denomina “Ruta Mitológica Leonesa”. Comienza en el pueblo de Carande por el camino que va al Valle de Valdecolina. Es una pista amplia y llana.
El camino inicial tiene unas bonitas vistas del pantano. Llegados al valle, se cruza un arroyo, que hoy no tenía agua, pero en otras épocas tiene bastante, aunque no suele tener dificultades de vadeo.
La primera figura mitológica que encontramos es la Vieja del Monte “Vieya’l Monte” rodeada de avellanos. Es el particular Papá Noel de la montaña leonesa. Cuando los pastores bajaban del monte con las sobras de la comida, la repartían a los niños y decían que la comida la había hecho para ellos la Vieja del Monte.
Pasadas unas praderas el sendero se va estrechando y asciende poco a poco rodeado de hayas, avellanos y robles.
Otra figura mitológica, “El Trasgu” Un pequeño duende con forma humana, cojo y con la mano izquierda agujereada.
Ahora el camino es estrecho y sombreado. Bueno para caminar un día de calor como el de hoy. Eso sí, ascendiendo.
La bajada se hace por unas praderas para encontrarse con el desvío al antiguo pueblo de Salio, que quedó debajo del pantano. Son 2,5 km que recomendamos hacer porque con la ida y la vuelta la ruta pasa a tener más de 10 km. Hoy no tocaba.
Otra vez a ascender por un camino amplio y también sombreado. Bueno la ruta es corta pero con tantas subidas y bajadas hay que hacer algún esfuerzo.
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| El Espigüete al fondo |
La nueva figura que vemos es “La Mora”. Un hada del bosque que en otros sitios llaman “Xana” o “Moura”. Hermosa y de cabellos rubios que habita cerca de las lagunas y que entregarán grandes tesoros a quien consiga desencantarla.
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| El Pico Burín (Yordas) |
De nuevo descendemos a la sombra de las hayas por un camino amplio desde el que volvemos a tener unas bonitas vistas.
Encontramos ahora al “Diañe” un diablo con cuernos que habita en los montes y hace ruidos extraños para atemorizar a caminantes y peregrinos. Aunque dicen que nos es muy malévolo, solo hace bromas pesadas o de mal gusto.
Y otra vez ascender al Mirador del Reñuberu, desde donde podemos ver el pantano el Pico Burín (Yordas). La Peña de las Pintas, El Gilbo… Bonitas vistas.
Bajada hasta Carande. El camino es amplio y abierto. Hemos estado más de dos horas subiendo y bajando para hacer ganas de comer una buena paella que prepararemos a la llegada.
La ruta es corta y el piso es bueno, por lo que se puede hacer con niños. Si pretendemos tener algo más de trabajo podemos legar a Salio y volver. Está bien indicado. Añadiremos unos cinco kilómetros al trazado.
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| ¡Ah! esto no es ruta, pero hicimos una paella rica, rica... en Carande |
Carande es un pueblo que merece un paseo por su casco urbano. Se puede ver la Iglesia de San Pedro. La robustez de sus casas, algunas con bonitos corredores y hasta un hórreo.
