RUTA DEL PUERTO DE HORCADAS
PR LE-25 “Puerto de Horcadas”. Es una ruta cómoda que hicimos en la
dirección de las agujas del reloj. Las vistas son impresionantes. La ascensión
es tendida y agradable entre prados y hoces muy bonitas. La bajada por la zona
de “los escalones” es complicada, sobre todo con lluvia. Aconsejamos hacer la
ruta en dirección contraria. Subir por la zona de los escalones y bajar por las
hoces.
Equipo: Grupo “Montañerines”
Dificultad: Baja/media (por la bajada de los escalones).
Temperatura: 7º al comenzar 18º al finalizar.
Punto de partida y llegada: Horcadas.
Distancia recorrida: 7,200 kilómetros.
Altitud del punto de salida: 1.120 metros en el pueblo de Horcadas.
Altitud del punto más alto: 1.569 (Picos del Diablo).
Fecha: 5 de junio de 2021.
Para llegar desde León a Horcadas (Ayuntamiento de Riaño), hay que salir por la A-60 en dirección a Mansilla de las Mulas. Allí girar a la izquierda por la N-625, dirección a Riaño y sin salirnos de la carretera, pasada la presa del pantano encontramos a la izquierda el pueblo de Horcadas. La distancia son 91 kilómetros.
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| El equipo de hoy en el bar de Carande |
La ruta está un poco señalizada como PR LE-25 “Puerto de Horcadas”. Decimos “un poco señalizada” porque, como sucede en otras rutas, se señalizó en su día pero no ha habido mantenimiento, no obstante es fácil de seguir, sobre todo si previamente se ha mirado un poco el plano o bajado el track.
La pista es ancha y siguiéndola al lado de los prados nos vamos encaminando hacia la subida de la Hoz Oscura, unas rocas impresionantes que nos asombran por su belleza. Previamente hay que pasar un túnel por debajo de la carretera de Riaño.
De momento la vegetación es abundante lo que hace agradable el paseo en un día soleado de junio. Hay bastantes sombras.
Abandonamos la pista, que sigue hacia Carande, nosotros vamos para arriba a los puertos de Horcadas y Tejerina. Ahora es una estrecha vereda bastante transitada sin problemas para su seguimiento.
Hay varias cancelas para que no salga el ganado de los pastos. Algunos tienen unos cierres muy originales. Siempre debemos dejar los cierres o cancelas cerrados para facilitar el trabajo a los ganaderos.
Hay muchas fuentes en el trazado. Como teníamos compañeros lugareños, nos invitaban a beber de cada fuente, como lo habían hecho toda la vida. Nosotros no lo hicimos por precaución. Recomendamos, como siempre que, salvo urgencia, beber el líquido que llevemos en nuestras mochilas.
Ya salimos a las praderas de los Puertos de Horcadas a lo lejos vemos el refugio de los pastores que está perfectamente limpio esperando la llegada de nuevos inquilinos.
Hay que seguir subiendo por las praderas que cada vez están más verdes y más apetecibles si fuéramos los encargarlos de pastarlas, pero son otros. Nosotros daremos cuenta posteriormente de nuestros bocadillos y las chuches..
El ascenso es muy tendido y cómodo hacia la Collada de Horcadas.
Llegados a la collada, la ruta indica bajar pero, guiados por los expertos lugareños ascendimos hacía las Peñas del Diablo para dar vista al Valle de Remolina. Merece la pena, es una pequeña, aunque empinada ascensión que proporciona unas vistas impresionantes.
Ahora de nuevo a bajar por las praderas en dirección a Horcadas. Al principio un camino amplio entre praderas para después estrecharse en la zona que llaman los escalones.
Encontramos otra fuente de la que los lugareños volvieron a beber, como han hecho toda la vida. Nosotros seguimos recelosos y eso que el agua estaba muy fresca.
Parada de avituallamiento para degustar algunos bombones y otras chuches propias de una ruta pequeña. Además de hacer la tradicional reivindicación sobre la protección de la montaña.
Seguimos bajando tranquilamente. El día acompañaba y el suelo estaba perfecto para no tener resbalones ni problemas con la pisada.
Ahora llegamos a "Los escalones" son, en nuestra opinión un poco dificultosos de descender, por eso hemos puesto en la ruta dificultad media. Recomendamos, como ya dijimos hacer la ruta en sentido contrario, subir la zona de los escalones y bajar por los prados y la pista.
Ya vemos Horcadas al fondo del Valle, está cerca pero todavía queda un rato para llegar. La vereda se convierte en un camino cómodo y con poco desnivel, rodeado de abundante vegetación, abedules, serbales, hayas, robles...
Ya llegamos a una pista con acceso rodado. Es amplia y con poco desnivel lo que hace que el descenso se convierta en un cómodo paseo con bastantes sombras.
Pasamos de nuevo debajo de la carretera de Riaño, por otro túnel diferente al que habíamos transitado en la ascensión y nos dirigimos ya por carretera hacia la zona deportiva de Horcadas.
Bocadillos en el agradable bar de Carande y otro bonito paseo por la montaña concluido. Algo corto, pero muy bonito.
