RUTA DEL GÓRGORA (Los cañones)
Ruta desde el pueblo de Montealegre hacia Los Cañones
del Górgora con interesantes desniveles, bonita vegetación y con algunos
aspectos de escalada, impropios para paseantes como nosotros.
Santi, Loli, Roberto, Eli y José.
Temperatura: 14º al comenzar y 19º al finalizar.
Nieve y ventisca a ratos-.
Punto de salida y llegada: Montealegre, centro del
pueblo. Oficialmente la ruta se comienza en la zona deportiva de Montealegre,
si bien nosotros comenzamos en la iglesia del pueblo.
Distancia recorrida: 8 kilómetros. Cuatro horas.
Altitud: Montealegre 1.013 metros
Fecha: 15 de octubre de 2017.
Plano de la ruta "Los Cañones del Górgora" |
Montealegre está a unos 80 Km. de León. Se va por
la Carretera de Astorga N-120 en Astorga se pasa a la N-VI y en la salida 350
tomamos la LE-5304 en dirección ya al pueblo de Montealegre.
El equipo de hoy |
Teníamos curiosidad por hacer esta ruta. Muchas
veces habíamos hablado de ella pero no llegaba el día de ir y por fin llegó.
Fue un precioso día templado con sol y nubes que resultó muy agradable. Además lleva
mucho tiempo sin llover y parecía adecuado, ya que esta ruta es poco
recomendable con lluvia o cuando el arroyo tiene mucha agua.
Aunque nosotros comenzamos en la iglesia. Todas las
señalizaciones dan el inicio en la zona deportiva de Montealegre. Bajando
después hacia el arroyo Mostruelo por un camino amplio y bien marcado
La llegada al hondo del arroyo está adornada con
castaños centenarios donde buscamos alguna castaña caída, pero se habían
adelantado los jabalíes y sólo pudimos comer una.
Después ascendemos por una bonita vereda hacia la
Mata de Montealegre para volver a bajar hacia las cercanías del pozo de la Górgora. Daba intranquilidad
pensar en las “gorgoras” aquellos monstruos femeninos de la mitología griega
que convertían en piedra a quien las miraba.
En el hondo del arroyo había una señal para
continuar, ahora ascendiendo por una pedriza (canchal) con gran desnivel, pero
muy atractivo para llegar al alto.
Ya en el alto, no sin cierta dificultad, estábamos
en el mirador de Vidriales. Un vistazo a la lejanía y ahora empezaba lo más
entretenido.
Una cuerda atada a las rocas ayudaba en una
pronunciada bajada. Nunca nos han gustado las dificultades en las rutas, pero
veíamos a Candela, una niña de cinco años que hacía el camino con su familia delante
de nosotros y eso nos envalentonaba. De todas formas no recomendamos esta ruta
cuando esté lloviendo y con las piedras mojadas y resbaladizas.
Llegamos al fondo del arroyo, donde unos ruteros
del Bierzo disfrutaban de un apetecible bocadillo. Nos ofrecieron algo (con la
boca pequeña) y decidimos, según sus indicaciones subir a la cueva.
“Mecagüenlaleche” vaya subidita, agarrados a una
cuerda. Al final llegamos arriba y conseguimos ver la cueva. Decían que era una
mina de oro antigua romana. No vimos oro, ni “na” y nos dimos la vuelta siendo
igual de pobres que antes de subir.
Ahora llega lo interesante, decíamos. Pero con el
consuelo de que delante de nosotros iba una niña pequeña, valiente y guapa
haciendo la ruta. La ruta está muy bien indicada. La mejor que hemos visto por
León. Un poco lo ha indicado “Cuatro Valles” otro poco los vecinos de
Montealegre y otro poco los senderistas poniendo hitos.
Se considera la ruta en los Cañones del Górgora
como de dificultad alta y tuvimos la oportunidad de comprobarlo. En varios
carteles se indica que es necesario llevar arnés y casco, aunque creo que lo
más recomendable es llevar unos buenos guantes, ya que todos terminamos con las
manos arañadas por las rocas y la presión de las escaleras de cuerda sobre las
paredes.
Primero dos bajadas ayudadas por cuerdas. No parece
muy difícil como aperitivo. El premio era llegar a la bonita cascada de “La chochina”.
Después un agradable paseo casi llano entre encinas,
helechos, alisos, abedules… y con la oportunidad de abandonar la ruta por una
salida más fácil que pasa justo por la indicación de “mina de oro”. No
abandonamos y a pesar de las recomendaciones de arnés y casco, seguimos hacia
abajo.
Otro descenso ayudados por una cuerda para
llegar a la primera bajada y posterior subida en la que hay escaleras de
cuerda. El problema en la escala es que cuando apoyas los pies tu propio peso se
presiona la cuerda contra la roca y se producen pequeñas heridas en las manos.
La ayuda de unos a otros era muy de agradecer en
estos tramos. Después de cada dificultad había cierta relajación pensando que
todo lo malo se había acabado. Pero nada, cada poco una cuerda o una escala.
Aunque ya lo hemos dicho, consideramos que es
necesario seleccionar las épocas en las que el arroyo tenga poca agua para
hacer la ruta. Además, si es posible, que el suelo no esté mojado.
Una nueva cascada, una nueva cuerda, una nueva
escala… todo muy entretenido para ir sin ninguna prisa.
En pequeños tramos hay que caminar por
el hondo del arroyo y si éste tiene bastante agua la mojadura está garantizada,
así que conviene llevar ropa y calzado de recambio. Nosotros tuvimos bastante
suerte. Había muy poca agua.
Por fin llegamos al pozo de La Górgora que da
nombre a la ruta. Aquí un nuevo ascenso ayudados por una cuerda y a ir pensando
ya en salir de “Los Cañones del Górgora”. Aún quedaba lo más difícil.
La subida final combina cuerdas y escaleras para un
ascenso casi vertical de casi cien metros. Es divertido, sobre todo cuando
llegas arriba y ya lo has pasado, pero cuando estás en el medio lo mejor es
agarrarse a la escalera y no mirar para abajo.
Una bajada tendida ahora por un camino abierto en
el que se pueden ver antiguas construcciones relacionadas con la minería de
carbón y dirección a Montealegre.
Hay dos posibilidades, una subir al recinto
deportivo (es la más corta). La otra ir al pueblo alargando la ruta dos
kilómetros más. Bueno, nosotros elegimos la más larga ya que el camino motivaba
el paseo después de las apreturas pasadas.
Un ascenso final nos llevó a Montealegre donde
pudimos refrescarnos, disfrutar de un buen trago de agua y de los recuerdos del "paseo" recién finalizado.