Agua, rocas
y grandes espacios en Los Pirineos. El Parque Nacional de Ordesa cumple con las
expectativas que se intuyen desde la lejanía.
Dificultad: Baja/media (el camino es sencillo,
si ponemos dificultad media, es por los 18 km. de la ruta).
Grupo: Tere y José.
Temperatura: al comenzar: 19º al finalizar 20º (mucho aire)
Punto de partida y llegada: Pradera del Valle de Ordesa.
Punto de partida y llegada: Pradera del Valle de Ordesa.
Distancia recorrida: 18 kilómetros. 6 horas.
Altitud del punto de salida: 1.300 metros.
Altitud del punto más alto: 1.900 (Cola de
Caballo).
Teníamos ganas de conocer el Valle de Ordesa y ya
tocaba. Aprovechando un viaje por la zona nos dimos el lujo de hacer la ruta
más transitada del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, la que va de la
pradera (un amplio aparcamiento) a la Cola de Caballo, una fervencia (cascada) que
nos obsequió con mucha agua.
Tere, llegando al centro de interpretación |
Torla, con los Pirineos al fondo |
Es recomendable acceder desde Torla, allí visitar
el centro de interpretación (centro de visitantes) del parque y proveerse de información y
documentación. Torla pueblo también merece un paseo, por sus construcciones y
porque vive volcada hacia el parque.
Zona de aparcamiento. Inicio de la ruta |
Siguiendo la carretera hacia el norte, a 3 km. de
Torla hay un desvío a la derecha por el que circulando unos 5 km. más llegamos a la
pradera (¡Ojo! Hay que informarse en el centro de interpretación del parque
porque esta carretera no está abierta todo el año).
La ruta comienza por un camino muy amplio y
tendido, nos sorprendió inicialmente el gran número de personas que hacían la
ruta. Aquí en León estamos acostumbrados a más intimidad. El parque y las rutas
hacen vivir a todos los pueblos del entorno y mejoran su economía.
Boj "Buxus sempervirens" |
También los sorprendió la vegetación, sobre todo
la abundancia de plantas de boj (un arbusto de hoja perenne que en nuestra
tierra se ve poco en el campo, y más como planta ornamental en setos).
El camino zigzaguea acercándose y alejándose del
Rio Araza y ascendiendo siempre rodeado de vegetación, principalmente hayas,
aunque también pinos y más boj.
El río nos regaló gran cantidad de agua (procedente del deshielo) y un ruido estremecedor en las cascadas, sobre todo
las primeras (la de la cueva y la del estrecho).
Hay desvíos protegidos para verlas y una especie
de balcones con barandillas metálicas que te permiten casi meterte en la cascada
y llenarte de su humedad y ruido atronador.
Seguimos caminando por una amplia pista,
ascendiendo entre bosques de hayas, para llegar después a las Gradas de Soaso
(unas cascadas encadenadas que estaban muy bonitas por la cantidad de agua).
Aunque también estarán bonitas, seguro, con poca agua.
Seguimos y el camino tenía algo de nieve. Así
salimos a lo que llaman los “Llanos de Soaso” una amplia pradera ya tendida que
te permite caminar con comodidad, aunque es recomendable mirar poco al suelo y
llenarse la belleza de las paredes de roca que están a ambos lados y al frente.
El camino está muy cuidado, casi excesivamente.
En algunos tramos lo han empedrado con rocas y cemento para facilitar los pasos de los
senderistas. Demasiado lujo para nuestro gusto.
Después, caminando por la pradera, se llega a la
cascada (fervencia) de la Cola de Caballo a 1.900 metros, objetivo del paseo y fin del trayecto.
La Cola de Caballo del Valle de Ordesa. Fin de trayecto. Ahora toca volver |