RUTA DEL MANADERO Y LOS CALDERONES
Ruta desde Piedrasecha hacia El Manadero, Los Calderones, Santa Marta y el
Collado del Fito en el primer día con un poco de frío de este otoño. Camino,
piedras, fábulas, pastos y agua.
José, Tere, Santi, Loli, Roberto, Pilar, Eulogio, Mercedes
Temperatura:
4º al comenzar y 1º al finalizar. Nieve y ventisca a ratos-.
Punto de
salida y llegada: Piedrasecha.
Distancia
recorrida: 14 kilómetros. Comenzamos a las 10:00 y finalizamos a las 13:30.
Altitud:
Piedrasecha 1.180 metros. Collado del Fito (punto más alto del recorrido) 1.674
metros.
El equipo de hoy con dos fichajes valencianos |
Piedrasecha
está a 34 km. de León. Se va por la Carretera de La Magdalena CL-623. En Otero
de las Dueñas hay un desvío a la derecha y a 5 kilómetros tenemos el pueblo de
Piedrasecha y el inicio de la ruta.
Hay que
caminar por el Arroyo de Los Calderones para arriba. No hay pérdida para el
inicio de la ruta. Si eres previsor y quieres gastarte unos euros en
gastronomía local, puedes encargar comida que estará calentita y rica para
cuando vuelvas, sobre todo si te has mojado.
El camino
hasta El Manadero y la Cueva de las Palomas (donde hay una gruta con dos
imágenes de la Virgen del Manadero) es amplio, limpio y tendido.
Desde el
pueblo hasta la cueva hay algo menos de dos kilómetros. En buen tiempo es un
camino muy transitado por senderistas, incluso con zapato fino y niños muy
pequeños. Un agradable paseo al lado de casa.
Después de
visitar a la Virgen y pedir que nos ayudara y nos perdonara los “pecadillos”
que tenemos, comenzamos a andar entre “Los Calderones” unas paredes de roca
caliza por donde discurre al mismo tiempo el camino y el arroyo.
En épocas de
crecidas la ruta alternativa es subir por encima de la Cueva de las Palomas y
salir unos cuatrocientos metros más adelante.
La ruta
(hasta el final de Los Calderones, que son unos 3 km.) está señalizada por
“Cuatro Valles”. Es una señalización antigua y bastante deteriorada, aunque los
senderistas se han encargado de colocar hitos que ayudan bastante.
Al finalizar
Los Calderones el camino deja de ser complicado (ya no pisamos piedras) y el
valle se abre un poco y pasa a ser de tierra hasta llegar a Santa Marta.
De Santa
Marta quedan pocas cosas, unos cimientos y un rehabilitado refugio de
ganaderos. Anteriormente llegó a tener un monasterio y un buen número de
viviendas.
Hay varias
versiones sobre la desaparición de Santa Marta, pero una nos gusta
especialmente y es que en la fiesta del pueblo hacían pan para entregar después
de misa (el pan de los pobres). Durante la fermentación de la masa, una
vacaloria (salamandra) se introdujo en la masa y fue cocida con el pan
envenenándolo. Murieron todos, excepto una mujer enferma que no había podido
acudir a la celebración. Un rico-hombre de Otero de las Dueñas recogió a
aquella mujer enferma en su casa y, como fue la única superviviente, era la
propietaria por herencia de todos los bienes y pastos de Santa Marta. A su
muerte el rico-hombre lo heredó todo y es por eso que los pastos y montes de
Santa Marta pertenecen a Otero de Las Dueñas y no a Piedrasecha, que está más
cerca.
Restos de Santa Marta |
El camino
que tomamos fue a la derecha, una vez pasado el Arroyo de Pernaliega. Los
restos del pueblo quedaban a nuestra izquierda.
La ascensión
hasta el Collado del Fito es sencilla casi siempre, pero en esta ocasión era un
auténtico barrizal que exigía mucho esfuerzo y que hizo que un grupo de
senderistas poco equipados, tuviera que darse la vuelta.
Poco antes
de llegar a la collada hay varias alternativas para volver. Sale una pista a la
derecha y otra a la izquierda. Ambas vuelven a Santa Marta. Nosotros tomamos la
de la izquierda. Marcamos la de la derecha en el plano con puntos amarillos.
Hasta el
cruce de caminos de regreso hay 7,2 kilómetros desde el inicio de la ruta. El
camino de vuelta es sencillo y con un leve desnivel, ahora siempre descendente.
Cuando
llegamos encima del pueblo de Santa Marta, justo al lado de la roca que se ve
en la imagen, decidimos bajar por el monte directamente hasta el pueblo, aunque
lo más sensato y recomendable es seguir por la pista hacia adelante y descender
suavemente(ver plano). Nosotros seguimos el camino marcado con puntos azules.
Llegamos al
cruce de los arroyos y volvimos a tomar la ruta en sentido descendente hacia
Los Calderones y El Manadero.
Hay otra
fábula relacionada con el manadero. Cuenta que una pastora persiguió, para reñirle, a un
perro que había mordido la pata a un cordero. El perro se refugió en la Cueva
de la Ganga, que tiene una profunda sima de 40 metros con un lago en su
interior. En la oscuridad de la cueva pastora y perro cayeron al lago y se
ahogaron. Nadie supo nada de ellos hasta que pasado un tiempo salieron por la
fuente del Manadero las tijeras y el dedal de la pastora.
Comida rica,
rica en el Bar el Manadero y… hasta una nueva ruta.