lunes, 23 de enero de 2017

RUTA DE LA PLAYA DE SAN ANTOLÍN A LLANES



DE LA PLAYA DE SAN ANTOLÍN A LLANES
Un día de ruta de sol y playa por el oriente asturiano desde la Playa de San Antolín de Bedón a Llanes.
Grupo de montaña de la Universidad de León (59 personas).
Dificultad: Baja. (Temperatura 5 mínima, 11 máxima. Soleado).
Punto de partida y llegada: Playa de San Antolín con llegada en Llanes.
Distancia: 17 km. (6 horas)
Altitud de la Playa de San Antolín 1 metro. El punto más alto de la ruta es Piedras Luengas 113 metros.
Fecha: 21 de enero de 2017. 
Plano de la ruta. Hicimos desde la Playa de San Antolín
No es habitual que hagamos rutas de costa, pero apareció la oportunidad de salir con el grupo de montaña de la Universidad de León –con el que estamos federados- y en esta ocasión dejamos nuestra apreciada individualidad y nos apuntamos con un dinámico grupo de composición intergeneracional, muy provechosa y alegre.
El grupo de senderistas playeros
 A las 8:00 en la Biblioteca San Isidoro, todos puntuales. Cargamos el autocar de personas y bolsas. Doscientos kilómetros de viaje con una parada para aseo y café y llegamos a la Playa de San Antolín de Bedón.
El pequeño grupito de Leoneses de Ruta
Cruzamos por debajo de la vía del tren y comenzamos a caminar, siempre hacia el este y siempre, o casi siempre a la orilla de la costa.
 
Al llegar estaba un poco nublado pero todo cambió
Después de subir la escalera, doscientos metros por el camino (muy bien cuidado) y desvío a la izquierda para comenzar la única ascensión importante de ruta.
 
 
La subida a Piedrras Luengas, por un amplio camino, es pronunciada aunque viene bien para calentar un poco las piernas entumecidas del autobús.
 
 
 Después un vistazo al mar, a las playas y continuamos un rato llaneando por un camino, entre praderas hasta llegar al Cerro Castiello, desde donde disfrutamos de la vista de la playa de Torimbia, que dijo nuestro guía que en verano es nudista.
 
 
Había caminos más fáciles, pero bajamos entre aulagas bordeando el cerro hasta casi llegar al mar. Era más bonito esto que seguir por el camino amplio. Como se ve en la imagen, el camino lo tomamos entre las protección de madera. Se ve bien.
 
 
Pasamos tres playas “El Valle, Serelle y Toranza” y nos dirigimos ahora ya por un camino amplio al bonito pueblo de Niembro. Muy tranquilo ahora pero con la impresión de que en verano estará muy concurrido.
 
 
Bordeamos la Ría de Barro y continuamos viendo playas pequeñas y bien bonitas hasta llegar a Celorio.
 
 
No hacemos muchas indicaciones del camino, puesto que no es fácil perderse. En caso de despistarse, siempre a la izquierda (hacia el mar) y siempre hacia el este. Si prefieres una ruta más cómoda se pueden utilizar los caminos más amplios que se separan algo del mar, aunque se pierde parte del encanto.
 
 
Llegamos a Celorio, también muy bonito con sus tres playas (Picu, Palombina y Los Frailes). Nos sorprendió como utilizaban tractores para adentrarse en el mar y sacar algas. Pobres tractores, con el agua salada corta vida les espera.
 
 
Preguntamos, y nos dijeron que las algas que extraían eran para hacer cosméticos. Se llevan a Burgos a procesar y la mayor parte salen desde allí para China. También nos explicaron que algunas eran para alimentación pero que ahora no había de esas. No será la temporada, pensamos.
 
 
Atención, veinte minutos de bocadillo ¡Qué rico! Ya estábamos a más de media ruta y con la suerte de poder tomar un café en un bar e ir al servicio de manera civilizada, sobre todo las chicas. Los hombres nos arreglamos de cualquier manera ¡Esto son rutas y no esas que hacemos nosotros por la montaña que ni café, ni “na”!
 
Nos liamos un poco y se decidió no ir a ver el Cristo de Celorio, además estaban sacando algas por allí y siendo un grupo tan grande molestábamos. Seguimos plácidamente en dirección a la Ría de Poo.


 

Antes vimos la Ermita de San Martín, la Playa de San Martín y la Playa Portiellu. Hace unos años esta pequeña playa también era nudista. No sabemos ahora, pero es bonita, pequeña y recogida.
 
Por fin la Ría de Poo donde alegras la vista y los sentidos. A nosotros se nos llenó el cuerpo de nostalgia, ya que hace unos cuantos años, muchos ya, veníamos de acampada libre a las praderas de esta ría, hasta que lo prohibieron.
La vuelta completa a la ría. Estaba con marea baja, pero con marea alta es una gran piscina transparente y sin oleaje. Allí recordamos y apuntamos hacia aquellas rocas desde donde nos tirábamos al agua a modo de trampolín.
 
Un paseo por las praderas viendo los acantilados en dirección a Llanes y al poco tiempo se acababa la ruta. La cabeza sentía pena, pero las piernas ya iban agradeciendo la proximidad del descanso.
 
Todas nuestras miradas iban para el mar, las playas y los acantilados, nunca para la montaña. Allí estaba atractiva e imponente Piedra Llabre, pero no la hicimos ni caso. Creo que ni fotos se sacaron. Los de tierra adentro teníamos la ocasión de mirar para el mar y lo aprovechamos.
 
Una cañita en Llanes, como siempre pueblo señorial, y de vuelta para casa. A las ocho de la mañana salimos y a las ocho y media de la tarde estábamos de vuelta en la Biblioteca de la Universidad de León. Muy bien, para repetir. ¡Ah! enhorabuena a los organizadores del Servicio de Deportes